La mayoría de los analistas hablan de crisis en Wall Street, de peligro de caídas bruscas, pero el S&P 500 se ha encaramado a un nuevo máximo histórico.

Hace ya muchos años que defiendo que el índice que mejor refleja lo que la globalidad del mercado americano hace cada día es el S&P 500. Tiene valores del Nyse y del Nasdaq en suficiente proporción para ejercer esta función y es, por tanto, el principial índice a seguir.

Pues bien, el que para mí es el principal índice en Wall Street terminó ayer en un claro máximo histórico:

Eso sí, quedó al borde la barrera psicológica de los 2.400 puntos, que podría ejercer una cierta labor de freno. Pero el máximo está ahí y no veo la crisis de la que muchos hablan por ninguna parte. Hemos tenido, y posiblemente aún tenemos, un periodo de dudas que se ha saldado con unas correcciones que en todos los casos han sido realmente escasas. Y ya.

Mientras no se demuestre lo contrario, las tecnológicas tienen suficiente fuerza para arrastrar al mercado. Sí, a ese mercado lastrado en los últimos días por petroleras y energéticas de distinto pelaje afectadas por la nueva caída del precio del petróleo. Sí, a ese mercado decepcionado con una supuesta reforma fiscal que cabe en un folio y que no ha dado un solo paso real más allá de ser presentadas en público sus líneas maestras.

Y digo yo. Si Trump tiene previsto un esfuerzo fiscal para que se repatrien los beneficios que sus multinacionales tienen dispersos por el mundo para evitar la tributación, es muy posible que ese dinero termine por ir directamente a alimentar las cotizaciones de cada empresa en forma de programas de recompra de acciones,

Les garantizo que si eso ocurre tendremos suficiente gasolina para otro empujón de los grandes.

Al cierre, el Dow Jones avanzó un 0,26%, el S&P 500 un 0,41%, el Nasdaq 100 un 0,35%, el Nasdaq Composite un 0,42%, el Nyse Composite un 0,70% y el Russell 2000 un 0,59%.