El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, ha tomado una decisión estratégica, la más relevante desde que está en el cargo, muy por delante de la retirada de la OPV de su filial Telxius. La compañía reducirá los dividendos a cargo de los ejercicios de 2016 y 2017. Abonará 0,55 euros por acción con cargo a este ejercicio, frente a los 0,75 euros previsto hasta ahora. Y el pago se hará en noviembre de este año con un scrip dividend (pago en acciones) voluntario, más 0,20 euros en efectivo en el segundo trimestre de 2017, según ha comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Para 2017, la retribución total ascenderá a 0,40 euros por acción: 0,20 euros se repartirán en el cuarto trimestre de 2017 y 0,20 euros en el segundo trimestre de 2018. Ambos se pagarán en efectivo. Telefónica destaca que, si se tiene en cuenta el año natural 2016, pagará un total de 0,75 euros por título, mientras que se elevará a 0,40 euros para 2017.
La medida, que parecía inevitable tras el revés en la colocación de Telxius y, más importante, el veto de la UE a la venta de 02 de Reino Unido al grupo asiático Hutchison, tiene como objetivo la reducción de la deuda, pero básicamente la mejora de los ratios financieros. Telefónica reitera que la meta es avanzar en desendeudamiento orgánico, con la caja que libere con la reducción de dividendos. Como se mostró con la retirada de la OPV de Telxius, intenta evitar la venta obligada de activos, es decir, sólo quiere vender con buenas condiciones de mercado.
El grupo considera que todavía la remuneración a los accionistas es atractiva, «con una rentabilidad por dividendo consistente con el mercado y un payout sostenible». Hasta ahora el dividendo de la operadora era el más rentable del Ibex y el segundo del EuroStoxx.
Telefónica cita que esta reducción se produce en un entorno de mejora, con crecimiento del flujo libre de caja (FCF). Y destaca su elevada liquidez
La mirada del equipo directivo de la operadora está centrada en las agencias de calificación, que han estado recomendando y presionando para reducir deuda, con el fibn de esquivar una rebaja en su rating. Es un aspecto básico para una empresa con elevada actividad en los mercados financieros, en la medida que una rebaja del rating se traduce en un aumento de los costes de la deuda. Desde Moody’s se había advertido que podrían rebajar un escalón la calificación crediticia del grupo si no se avanzaba en el desapalancamiento.
Es un consejo que también ha partido desde los bancos de inversión y las decenas de firmas que siguen a la operadora, si bien el anuncio se ha traducido en una fuerte caída en Bolsa que alcanzaba más del 4% a media sesión, para reducirla más adelante a 1,7%. No obstante algunos analistas aplauden la decisión como los de Barclays que consideran que le puede permitir mantener el rating sin malvender activos.
En este contexto, en la conferencia con analistas tras la presentación de los resultados Álvarez-Pallete ha manifestado que la compañía sabe en que puede reducir deuda vía orgánica, sin depender de factores externos que no controla. El grupo trabaja, ha añadido, en el plan de negocio para los próximos tres años.
«Crear más valor para el accionista es adaptar nuestra política de dividendos para garantizar que no dependen de factores externos para reducir deuda», ha afirmado.
El director financiero de Telefónica, Ángel Vilà, ha señalado que no desean entretenerse «en discusiones sobre medidas potenciales, simplemente las ejecutaremos cuando tenga sentido estratégico y creen valor».
Y ha subrayado que en el tercer trimestre se ha realizado «una muy fuerte reducción de la deuda» en 2.584 millones de euros, que ha quedado situada en 49.984 millones, por debajo de la barrera de los 50.000 millones.
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