Cómo salir de un concurso de acreedores

08/04/2011

Lucía Martín. La única vía es llegar a un acuerdo con los acreedores. Lamentablemente, casi todos los procedimientos terminan en la liquidación de la empresa pero algunas consiguen salir de este bache.

El concurso de acreedores entró en vigor con la Ley Concursal (2004) y sustituye a las antiguas suspensión de pagos y quiebra. Así, el concurso se contempla como una vía para resolver situaciones de insolvencia en las empresas. “El objetivo de la ley es que el concurso se vea como una mala racha, alejarlo de la situación de quiebra, se pretende salvar a las empresas. Sin embargo, una empresa suele quedar herida de muerte cuando entra en concurso”, explica el abogado Diego Cabezuela, de Círculo Legal (www.circulolegal.com).

Pero, a pesar de los objetivos de la ley (salvaguardar la compañía) el 95% de los procedimientos concursales termina en liquidación. A pesar de las estadísticas, es posible salir de esta situación y hay empresas, como Fun & Basics o Martinsa Fadesa que lo han conseguido. La salida pasa por llegar a un acuerdo, un convenio con los acreedores.

Para establecer un concurso de acreedores tiene que darse un sobreseimiento de los pagos (dejar de pagar) y un embargo. Por ejemplo, si se demora en tres meses el pago de los sueldos, la seguridad social y los impuestos, hay obligación de establecer el concurso. La petición del concurso suele ser voluntaria (lo propone la propia empresa) aunque también puede ser de tipo necesario (lo pide el acreedor). “Con la anterior ley, la de quiebra, las empresas tardaban más en presentarlo. Ahora no”, explica Cabezuela.

Cuando se pide el concurso lo primero es nombrar a los administradores concursales y hacer un llamamiento a todos los acreedores. “Durante esa fase la empresa sigue funcionando (con la ley de quiebras se interrumpía la actividad), el concurso afecta básicamente al órgano administrador, no a la actividad de la compañía”, dice Gonzalo Quiroga, de Círculo Legal. “Una vez realizada la lista de acreedores se abre la fase de convenio. Si no se llega a un acuerdo, se liquida la empresa”, continúa Cabezuela.

Ojo: el convenio debe ir acompañado de un plan de viabilidad. “Se puede acordar pagar a plazos las deudas, buscar un comprador para la compañía o convertir los créditos en participaciones, por ejemplo”, detalla Cabezuela. Por ejemplo, Martinsa Fadesa deberá abonar su deuda (que se cifra en más de 5.700 millones), sin quitas, en un máximo de diez años a partir de 2012.

“A medida que las empresas son más grandes, las fórmulas son más imaginativas”, continúa. Este experto advierte de que los convenios de larga duración no suelen cumplirse….

En caso de que la empresa se liquide, los primeros en cobrar las deudas son los denominados créditos especiales (las hipotecas, determinados impuestos…). Después es el turno de los trabajadores, la Seguridad Social y finalmente llegan los ordinarios. En este apartado estarían incluidos los pagarés. “Éstos no cobran nunca o casi nunca”, finaliza Cabezuela.

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