Las buenas noticias se complementan con las malas. O al revés. El paro registrado creció en marzo prácticamente lo mismo que lo hizo el año anterior. En más de 34.000 personas. Al tiempo las afiliaciones a la Seguridad Social aumentaron en más de 45.000 trabajadores. La aparente diversidad se explica por el crecimiento de la población activa, del número de personas que o trabajan o muestran una disposición a hacerlo si surge la oportunidad. Son la cara y la cruz de la realidad.
El mes de marzo suele ser un mes que nada entre dos aguas. Se ve muy influido, en materia de empleo, por la celebración de la Semana Santa. Este año cae en abril, y bastante tarde. Ello significa que, aunque algunas empresas dedicadas a los servicios turísticos, pueden haber empezado a contratar personal para esas fechas, lo razonable es que lo retrasen a los primeros días de abril. Habrá que esperar a los datos de este mes para saber hasta dónde está tirando el turismo de la contratación.
En marzo ya se ha dejado sentir ya que ha sido el sector servicios el que ha tirado más y muestra un aumento del empleo. Por el contrario, ni la industria ni la construcción, los otros dos grandes sectores, han registrado variaciones significativas. El caso de la construcción es más llamativo ya que, estacionalmente, los meses de primavera suelen ser donde más empleo se genera al mejorar las condiciones climatológicas para el desempeño de esas tareas. Pero la construcción no solo no va a generar empleo en este año sino que, según el propio ministro de Trabajo, es razonable pensar que aún destruirá empleo en el conjunto del año.
El aumento del desempleo en el colectivo sin empleo anterior puede representar que personas, posiblemente jóvenes y mujeres en su mayor parte, hayan decidido acudir a las oficinas de empleo a registrarse en la creencia de que ante la temporada veraniega puedan tener mayores oportunidades de encontrar un empleo que hace meses. Los datos de los próximos trimestres dirán si se cumplen o no sus expectativas.
Con el dato de marzo se cierra el primer trimestre del ejercicio que en todo caso no aporta una visión clara sobre una posible recuperación del empleo para el conjunto del año. Las cifras acumuladas en los tres meses son demasiado parecidas a las del año anterior. Enero y febrero fueron meses malos y marzo, al parecerse bastante al de 2010, no arregla la situación.
Para que se cumplan las previsiones del Gobierno para el conjunto de 2011 se necesita que los próximos dos trimestres sean especialmente activos en la creación de empleo y que el cuarto trimestre, que suele suponer un aumento del paro, sea en este ejercicio plano. De otra forma, el objetivo de cerrar el ejercicio con 100.000 empleos más no se cumplirá.
La mayor parte de los analistas privados mantiene, por su parte, que 2011 no supondrá un aumento del empleo sino que proseguirá la destrucción de puestos de trabajo, en menor proporción que el año pasado, pero que habrá una caída de la ocupación de alrededor de medio punto, unos 50.000 empleos en cifras redondas. La debilidad del consumo (evolución de las ventas minoristas, matriculación de automóviles…) no augura precisamente un repunte de la actividad y por lo tanto del empleo.
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