Don Winslow existía antes de El poder del perro, monumental Guerra y paz del narcomex justificadamente convertida en novela de culto para miles de lectores. Y antes del perro fue Muerte y vida de Bobby Z, trepidante entretenimiento que nos llega ahora de la mano (¡cómo no!) de Rodrigo Fresán, .
Fresán prologa y, con su gigantesco talento para abrir el apetito de los voraces devoradores de literatura popular, menciona a Dumas, Chandler, John Woo, Travolta y Misión Imposible a modo de ingredientes probables del cóctel que agita Winslow en Muerte y vida de Bobby Z. De acuerdo. Pero seamos más precisos. Muerte y vida de Bobby Z es como un episodio del Correcaminos filmado por Tarantino, el relato de una fuga disparatada, una ensalada de tiros que no da tregua al lector.
El punto de partida resulta de lo más prometedor: Tim Kearney, delincuente de poca monta, rebana el cuello a un Ángel del Infierno en prisión, lo cual le convierte de modo inmediato en hombre muerto. Su salvación es el enorme parecido físico de Kearney con una leyenda el narcotráfico californiano: Bobby Z. La DEA le ofrece un trato: hacerse pasar por Bobby Z, fallecido de un infarto en Tailandia, y protagonizar una compleja operación que implica a otro grande de las drogas, el maligno Don Huertero. A partir de ahí, claro, las cosas se complican y comienza una huida con un crío a cuestas en la que se involucran narcotraficantes, ángeles del infierno, rastreadores indios, un vaquero de la vieja escuela, pandilleros de Los Ángeles, un poli corrupto y, naturalmente, una bellísima femme fatale.
Ni un detalle del imaginario de las grandes obras contemporáneas de acción falta en esta deliciosa novela. Es, sí, evidentemente, literatura de palomitas, no esperen otra cosa. Pero, qué demonios, de cuando en cuando apetece dejar en la mesilla a Coetzee y Roth y darse al disfrute de un artefacto de ficción sin más pretensión que el honesto objetivo de hacérselo pasar bien al tantas veces sufrido lector. Y vaya si Don Winslow lo consigue aquí. Hacía mucho tiempo que no me divertía tanto como con Muerte y vida de Bobby Z. Perciben mi entusiasmo, ¿verdad?
Si El poder del perro les fascinó, prueben de nuevo con Don Winslow. Y si no les convenció (o les pareció excesivamente sanguinoleta, inmisericorde y dura) denle una oportunidad a Muerte y vida de Bobby Z, muchísimo menos deprimente, de tono casi festivo.
Don Winslow existía antes del perro y seguiremos su pista, adelante y atrás en su bibliografía. Merece la pena.
Muerte y vida de Bobby Z. Don Winslow. 283 páginas. Mondadori.
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