En la típica película americana, sus protagonistas, en su gran mayoría, viven en palacetes de un par de plantas y de una ristra de habitaciones. En España no, y menos aún, en las grandes ciudades: lo habitual son pisos pequeños, de una o dos habitaciones, entre los 40 y 70 (los más afortunados) metros cuadrados en los que sus propietarios o inquilinos tienen que hacer encaje de bolillos para encajarlo todo, cual Tetris. Por eso la idea de estos arquitectos madrileños no puede ser catalogada sino como genial: hablamos de Pequeñas Grandes Casas, detrás de la cual hay cuatro arquitectos treintañeros. ¿Qué hacen? Pues hacer de su pequeña casa, una grande, tal y como su nombre indica y no es que se dediquen solo a diseñar soluciones móviles para su hogar, sino que es un servicio de diseño ad hoc a sus necesidades: ven sus dimensiones, le orientan, se lo hacen y usted se encuentra con una casa nueva, y sin haber salido de la suya.
“Estas formas de vivir cada vez son más comunes, todo es variable y estos sistemas se adaptan a ello”, comenta Carmelo Rodríguez, uno de los fundadores. Él, junto a los otros socios, montó la empresa cuando aún estaban en la carrera y la llamaron PKMN, que suena tal y como parece, como el personaje del videojuego (y fue así porque justo venían de jugar un rato). La idea de las soluciones móviles para pequeñas casas surgió el año pasado: “Surgió por alguien que tenía una pequeña casa, casa Yolanda, de 50 metros, y quería renovarla completamente. Ahí empezamos el concepto de muebles que se mueven”, añade.
Tras esa casa llegaron otras dos, y ahora empiezan a trabajar en una de París. En definitiva lo que hacen es aplicar soluciones industriales a la vivienda, como puede intuirse en los vídeos de cada uno de sus proyectos. Ahora están trabajando también en sistemas monitorizados y de momento, en España no tienen competencia por algo sus diseños han salido en publicaciones reputadas en el sector de la arquitectura e incluso, Ikea, les contactó para incluirlos en su revista de tendencia (y curiosamente, la multinacional está trabajando en una pared móvil).
¿Coste de disfrutar de una casa pequeña como si fuese grande? Entre un 15%-20% más que una reforma tradicional: “Pero lo reformamos todo, por ejemplo, la casa Yolanda se hizo todo, suelos, muebles, calefacción… El coste fue de 35.000 euros”, dice. Y como decíamos al principio, una idea genial que además, ha venido a generar un nicho de mercado para estos arquitectos, una profesión duramente golpeada por la crisis: “Somos hijos de la clase media, nuestros padres nos pusieron a estudiar y cuando empezamos en la Universidad, Arquitectura era una carrera con salidas profesionales. Ya no. Pues esto es una forma de encontrar vías de negocio porque muchas viviendas, la mayoría, no se ajustan a las necesidades de la gente”, finaliza.
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