¿Qué pasaría si con tan sólo tomar una pequeña píldora tu cerebro pudiese funcionar al 100% y fueses capaz de resolver cualquier problema de cualquier índole? Probablemente que podrías convertirte en lo que quisieras. Pero como se encarga de enseñarnos el cine sabiamente, nada es tan fácil y tan sencillo, y si lo parece: Busca la trampa porque en alguna parte del plan debe haber un error…

Como su propia moraleja, Limitless tiene su trampa, una buena historia, mucha acción, Robert de Niro…, pero no todo podría ser perfecto, y pese a que tanto Bradley Cooper como De Niro amenizan la cinta, todo ello unido a una dosis extra de trepidantes planos e interesantes personajes secundarios, Neil Burger sólo consigue convertir la novela de Alan Glynn en una película de acción más con una trama interesante, cuando podría haber exprimido mucho más la idea creando un universo absorbente y convulso, al que por momentos hace asomarse al espectador, pero dejándolo siempre a las puertas.

Como película de acción a secas, Sin límites es muy recomendable, la cercanía que transmite Cooper te transporta a su mundo casi derruido, los toques de humor en ciertos momentos del film y por supuesto la gran cantidad de “villanos” que surgen en el camino del protagonista y con los que debe ir lidiando no permiten que el ritmo baje en ningún momento, por desgracia el personaje de De Niro, del que todos siempre esperamos más, se queda corto tanto en historia como en protagonismo, y el regustillo a la consigna yanky de que un solo hombre es capaz de cualquier cosa con tal de que se lo proponga (y sea el bueno de la “peli”), peca de falta de originalidad.