Película “Wall Street. El dinero nunca duerme”. Diálogo entre los personajes que interpretan Shia LeBeauf y Josh Brolin:
-LeBeauf: ¿Cuál es tu cifra?
-Brolin: ¿Qué?
-LeBeauf: Sí, la cifra que tenemos todos en la cabeza. Con la que nos retiraríamos y nos dedicaríamos a vivir la vida
-Brolin (sin dudar un instante): Más.
La anécdota es ilustrativa sobre cómo funcionan los seres humanos con el dinero. Aparece en la página 313 de “Lo que el dinero no dice. Dulces mentiras y verdades honestas sobre el ahorro y las pensiones”, obra colectiva (Jaime Abad, Ana Almeda, Eduardo Borreguero, Emiel van Duuren, Víctor de la Fuente, Alberto García, Laila García, Javier García Monedero, Ana Belén Olalla, Raúl Santa Cruz y Diego Vega) dirigida por Manuel Álvarez, director del Observatorio de Pensiones Caser, que cumple siete años, y editada por Caser Seguros. (Del acto de presentación del libro el 7 de julio tienen cumplida cuenta en diarioabierto.es).
Unas páginas antes (303), el libro cuenta la historia de Nathan Barry, un diseñador gráfico y emprendedor, que escribió en su blog una interesante reflexión, “Suficiente”, en la que explicaba a principios de 2014 que ya había ganado el dinero que necesitaba ese año y que ya no iba a trabajar más. Barry se fija una cifra o “número mágico”, que es el resultado de sumar los gastos previstos para ese año más algunos imprevistos, trabaja como si no hubiera un mañana, y cuando llega al objetivo (generalmente, en abril o mayo), deja de trabajar y se dedica a disfrutar de su vida, de su familia y de su ocio.
En la misma línea, está la obra “¿Cuánto es suficiente? Qué necesitamos para una buena vida”, interesantísima no sólo por su temática sino porque es fruto de las reflexiones de un economista (Robert Skidelsky, por cierto uno de los mejores biógrafos de John Maynard Keynes, que en 1930 profetizó que en 2030 no sería necesario trabajar más de tres horas diarias) y de un filósofo (su hijo, Edward).
He comenzado este comentario a “Lo que el dinero no dice” por el final, porque tiene 314 páginas. Pero lo primero que uno hace al hojear su contenido es exclamar “¡por fin, un libro ameno sobre las pensiones!”. Porque el planteamiento es tan original como el subtítulo, con seis partes (más cuatro anexos, que en realidad son guías complementarias): el futuro, los momentos decisivos de la vida, la planificación, el endeudamiento, el ahorro y la inversión, la crisis financiera y por qué afectó tanto a la banca y casi nada al seguro, y la educación financiera.
La culpa es del Estado del bienestar
El libro es ameno, entretenido, pero incomoda, obliga a reflexionar, que no algo que practiquen frecuentemente esos seres humanos tan esclavos del “más”, como se muestra en la película citada. No es habitual tampoco que se culpe de la falta de previsión que caracteriza a los españoles al Estado del Bienestar. En la página 18 se afirma: “La creencia de que tenemos todas nuestras necesidades cubiertas nos lleva a no ser previsores, a endeudarnos y confiar siempre en que papá Estado, la familia o la providencia se ocuparán de nuestros problemas cuando se presenten”.
La obra invita, en cambio, a entrar en el camino de la responsabilidad personal sobre la previsión, porque es el que nos llevará a la independencia y a la libertad, “que se adquiere construyendo un patrimonio suficiente”. Todo un cambio, un difícil tránsito desde el “más” al “suficiente”. Del tener al ser, como la obra de Erich Fromm.
Invita con datos: en España la crisis ha hecho que se esfume una riqueza de 1,4 billones de euros. Más que en ningún país de Europa, Grecia incluido. ¿Por qué? Porque los españoles metemos el dinero en inmuebles, y éstos han perdido más del 40% de su valor. Y porque somos los que menos invertimos en planes de pensiones y seguros: para situarnos en la media europea deberíamos multiplicar por 3 el ahorro para la jubilación.
Para alcanzar la libertad financiera, que es la única manera de poder mirar al futuro con confianza, hay que empezar a ahorrar cuanto antes. Pero hacerlo bien, y hacer caso a Warren Buffett: “es más fácil no meterse en problemas que salir de ellos”. Entre las páginas 199 y 204, encuentra normas básicas de higiene financiera y reglas para ahorrar e invertir. Y desde la página 204 a la 209, claves para la educación financiera de los hijos.
El libro incorpora tres anexos: impuestos, Seguridad Social, inversión socialmente responsable. El cuarto, “¿Cuánto es suficiente?”, es lo más impactante de la obra, sobre todo porque explica los motivos por los que Keynes se equivocó en la profecía mencionada anteriormente, y porque ofrece “siete bienes básicos para una buena vida”. Entre los que, por supuesto, no está el dinero. Y eso el dinero no lo dice.
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