“Nunca nos vamos a jugar el Banco”, afirma Francisco González

11/03/2011

Salvador Arancibia. Parecía que iba a ser una junta de accionistas tranquila. Francisco González, presidente del BBVA, había hecho una intervención plana, sin estridencias. Hasta que hablaron los accionistas y uno de ellos comparó el banco con el Santander. Y González olvidó los buenos modos y dijo, con tono airado y sin citar al Santander, que “nunca nos vamos a jugar el banco”.

Podía calificarse de ‘soso’ el transcurso de la junta de accionistas del BBVA. No había sorpresas ni en la intervención del presidente ni en la del consejero delegado, Ángel Cano. Ambos habían reiterado lo que dijeron al presentar los resultados de 2010: que el año había sido difícil pero que para el banco había sido un buen año porque había logrado ganar un 9,4% más que un año antes.

Tanto González como Cano destacaron la diversificación geográfica como el eje de este crecimiento, unido al adelantamiento de provisiones que hicieron en 2009, lo que les permitió tener que llevar a cabo menos en el pasado ejercicio. La apuesta por China, donde ya tienen el 15% de uno de los grandes bancos, la compra del 25% de Garanti en Turquía y la entrada en India a través de un acuerdo con una entidad de aquel país, son los hitos en los que se apoyaron.

Para este año, las circunstancias, según los dos dirigentes del segundo banco nacional, siguen siendo similares. El elevado nivel de paro existente, el bajo ritmo de crecimiento económico y la necesidad de llevar a cabo la reestructuración de la mitad del sistema financiero (las cajas de ahorros) impiden que vaya a ser muy diferente en España. Por eso, los resultados obtenidos en el resto del mundo van a seguir creciendo dentro del banco y España como unidad de negocio seguirá perdiendo peso.

Pero, destacaron, en cualquier caso, el BBVA ganó casi un punto de cuota de mercado en España en 2010 y quiere seguir haciéndolo en el año actual y en los siguientes. Cano señaló que se van a aprovechar todas las oportunidades que surjan, aunque no concretó nada. Y González no les dijo a sus accionistas que el banco quiere aumentar en un 50% su cuota en España en tres años como había dicho a los periodistas hace unas semanas.

La única parte crítica de la intervención del presidente se dirigió a la falta de medidas para salir de la crisis. Habló de la necesidad de corregir los “errores del pasado reciente”, en referencia a la actitud del Gobierno que tardó demasiado en poner en marcha las reformas y pidió que todos: partidos, agentes sociales y ciudadanos reaccionen rápidamente y con decisión para salir de la crisis que dice es inaceptable. Para ello pidió que se ejecuten rápidamente las medidas ya tomadas y que se impulse un Plan Estratégico de Modernización que no concretó en absoluto.

Parecía que eso iba a ser todo. Que la junta pasaría sin pena ni gloria más allá de que González anunciara que este año los directivos del banco no van a cobrar su retribución en acciones porque como el país ha ido mal se ha penalizado el valor de la acción del banco y por lo tanto no se han alcanzado los objetivos previstos. Al tiempo anunció un nuevo plan de retribución variable para los dos próximos años con algunas limitaciones en cuanto a la forma de cobro y a la posibilidad de que se aplace o no se perciba en función de las circunstancias.

Pero la tormenta estalló cuando intervinieron tres accionistas: un antiguo empleado, un sindicalista en activo y una persona que denunció que el banco estaría invirtiendo en empresas fabricantes de armas.

El primero de ellos comparó la evolución del Santander y el BBVA desde el año 2000 a 2009. Y la comparación, en su opinión, es desastrosa para el banco radicado en el País Vasco. En el primer año el BBVA pagaba 10 céntimos de euro más de dividendo que el Santander y ahora es el Santander el que abona 18 céntimos más que el BBVA. Ello sin contar la diferencia de capitalización de los dos bancos. González le acusó de tener ‘morriña’ y ‘saudade’ por no estar ya en el banco y le dijo que había que tener en cuenta también el riesgo de cada entidad a la hora de hacer esas comparaciones. Fue cuando dijo que “nunca nos vamos a jugar el banco”, dando a entender que el Santander si lo hacía.

El sindicalista, al margen de reivindicaciones, señaló que el BBVA debía dejar de operar en paraísos fiscales y a ello González respondió que se había hecho, que se había vendido la división de banca privada de Miami precisamente para evitar trabajar con dinero de origen oscuro y que por eso mismo se había cerrado Nueva Jersey y que el interviniente debía saberlo.

Finalmente, el presidente del BBVA dijo que era falso que el banco o sus fondos invirtieran en empresas que fabricaran misiles, armas nucleares o bombas de racimo como había dicho el último accionista interviniente. Reconoció que el accionista parecía tener información y aceptó que pudiera ocurrir que algunos recursos depositados en los fondos de inversión del banco hubieron podido ser a su vez colocados en otros fondos internacionales y que estos si hicieran esas inversiones. Pero que en todo caso lo iban a revisar para dejar de hacerlo si era cierto.

La junta había ido bien hasta esos momentos en los que González respondió molesto a los accionistas. Se le notó en exceso. Ahora solo queda esperar a ver si el Santander se da por aludido y responde.

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