Albus Golf: bolas de golf hechas con comida para peces

13/06/2014

Lucía Martín. ¿Poder jugar al golf en entornos marítimos y no contaminar el mar con las tradicionales pelotas de golf? Cuando esta empresa catalana ideó las bolas Ecobioball, hechas a base de comida para peces, hizo verdad aquello de matar dos pájaros de un tiro.

2012221165834A los apasionados del golf les gusta practicar este deporte no solo en los tradicionales campos de golf, sino en otros entornos. Por ejemplo, en embarcaderos, hoteles cercanos al mar, yates, barcos, cruceros… Pero, claro, la práctica de este deporte en los anteriores escenarios hace que muchas veces la pelota acabe en el mar, con el considerable daño que se le hace al medio ambiente: las tradicionales pelotas de golf están compuestas de varios metales (plomo, tungsteno…) necesarios para que la pelota tenga un peso específico, pero nada ecológicos ni aptos para el medio ambiente.
Ahí es donde entra en juego un catalán, Albert Buscató, y una genial idea: diseñar pelotas de golf que pudieran ser comidas por los peces. “Al principio cuando presentaba la idea me miraban no como si viniese de Marte, sino de Saturno, que está más lejos. “Pero, ¿qué haces metiéndote en esto?, mejor búscate un trabajo normal”, era lo que más me decían”, reconoce este emprendedor.

2009111916933Pero fiel a su idea y un tanto terco, decidió seguir adelante. Y así nació Albus Golf, en 2008, en plena crisis tal y como su fundador reconoce. ¿A qué se dedican? Su principal producto es Ecobioball, una bola de golf hecha con bio-polímeros y comida para peces. “La idea se me ocurrió en Nueva York, después de practicar golf en el Pier 59 de Chelsea, en un entorno cerrado por redes”, comenta Buscató.

Y así, con esta rocambolesca idea en su cabeza, se dedicó a buscar financiación para ponerla en marcha: 50.000 euros del banco (ya devueltos), 18.000 de un préstamo a fondo perdido de la Generalitat de Catalunya y sus propios fondos. La primera venta la realizó en 2010, a un ressort de las Maldivas. En la actualidad, tiene más de cien clientes repartidos por 38 países. Casi el 100% de su venta va fuera de nuestras fronteras: “Suministramos desde Barcelona y desde Miami”, aclara.

La producción anual oscila entre las 80.000 y las 100.000 unidades. Cada pelota cuesta 0,85 euros la unidad y con ella los golfistas pueden jugar en diferentes entornos sin tener que preocuparse por el daño que podrían causar al medio ambiente ya que, en este caso la pelota sirve de alimento para los peces.

Entre sus próximos objetivos, Buscató quiere dar a conocer su producto a otros países y trabajar en nuevos packaging. La empresa facturó cerca de 100.000 euros el año pasado.

 

 

 

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