No culpéis a Zapatero

09/02/2011

Luis Díez.

El presidente Zapatero es la causa de todos los males y el saco de todos los golpes en las sesiones de control al Gobierno. El 9 de febrero, Santa Apolonia en el santoral, no ha sido diferente de otros miércoles. Pero esta vez al presidente se le inflaron las narices –acaso por la pota de contaminación que padecen los madrileños– y anunció que no está dispuesto a que le culpen ni del huracán Katrina ni, mucho menos, de la decisión de Batasuna de romper formalmente amarras con los asesinos de ETA.

Vayamos por partes. Mariano Rajoy le achacó la inflación desbocada al 3,3%, y Zapatero le explicó que el mayor porcentaje se debe a la subida del precio del petróleo y confió en que se asiente en torno al 1,7% este año. Rajoy le achacó una pérdida de la capacidad económica de las familias, que cifró en el 20%, le dijo que es muy mal administrador y le colgó un collar de epítetos, y Zapatero se defendió: “Ya veo que ustedes nos hacen responsables hasta del huracán Katrina”.

Después Josep Antoni Durán i Lleida le criticó por no haber extendido la negociación del pacto económico y social a las formaciones parlamentarias. Lo que Durán quería era que el presidente reconociera su mérito. Y el presidente no tuvo inconveniente en recordar que hasta los sindicatos han elogiado las aportaciones de CiU. Pero hombre, además de ser informados sobre el curso de la negociación y de ser invitados al acto de la firma en La Moncloa, no parece de recibo culpar a Zapatero de que no hayan asistido ni querido dar solemnidad a “una muy buena acción política”, como la calificó el presidente.

A estos dos signos inequívocos de que Zapatero no está dispuesto a que le culpen de todos los males de este mundo hay que añadir un tercer signo: el presidente no es responsable de la decisión de Batasuna de romper amarras con ETA y liberarse de su sumisión histórica a los pistoleros, de la que le culpan insidiosamente algunos dirigentes del PP. Pero no vale preguntar, como ha hecho Zapatero ante los suyos, qué hubiera dicho José María Aznar ante esa decisión, pues ya sabemos que se habría atribuido el mérito y estaría tirando cohetes en el barojiano cerro del Pimiento (arribes de La Moncloa), sino qué hay que hacer para lograr el final del terrorismo etarra.

El presidente contestó en el pasillo con un lacónico “hay que esperar”, pero el vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba, que se enfrentó un miércoles más al persistente Ignacio Gil Lázaro sobre el “caso Faisán”, quiso creer que estamos ante “el principio del fin” de la banda terrorista. Algo de lo que, lógicamente, sería responsable ZP, aunque tuviera que gestionarlo Rajoy.

¿Te ha parecido interesante?

(+3 puntos, 3 votos)

Cargando...

Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.