“Me parece preocupante que mucha gente vea la Bolsa como un gran casino mágico y misterioso, cuando en realidad se trata de una institución financiera indispensable cuyo fin es impulsar el desarrollo económico”. Ya en el prólogo, Juan B. Serrano García, inspector de entidades de crédito del Banco de España, muestra cuál es el objetivo de “El inversor tranquilo”, una monumental (519 páginas) obra sobre la Bolsa publicada por Ediciones Díaz de Santos.
En las páginas 481 a 486, Serrano describe “la disciplina del inversor tranquilo”, partiendo de un pensamiento de Guillermo de Occam: “Es vano hacer con más lo que con menos puede hacerse”. Que se traduce en que “las ideas más simples tienen más probabilidades de ser las correctas”.
Para el autor, “en Bolsa, la paciencia se premia”. “Por pura lógica estadística, la mayoría de los inversores osados deben fracasar”, añade. Así que su principal consejo es “no trate de adivinar la tendencia del mercado, y permanezca siempre en Bolsa”. Y si pretende incrementar su patrimonio, reinvierta cada año los dividendos que recibe.
Pese a su extensión y a que se trata de una obra de divulgación científica, un tanto arduo de leer, “El inversor tranquilo” es un libro del que se pueden aprender muchas cosas sobre la Bolsa, su relación con la economía, las teorías que definen su funcionamiento, los conceptos necesarios para comprenderla, sus costes y su rentabilidad, pero también sobre los errores que cometemos los inversores, los peligros de invertir a crédito y de utilizar productos financieros complejos, o la importancia de la diversificación.
Lo más interesante es el enfoque. Serrano contrapone la cultura financiera más extendida en la actualidad, la búsqueda de beneficio a corto plazo, a las ventajas de invertir en Bolsa con una visión de largo plazo.
Desde este planteamiento, “El inversor tranquilo” demuestra que colocar dinero en Bolsa no es fácil, “porque las reacciones requeridas son muchas veces contraintuitivas”. “Los inversores debemos ser conscientes de que en situaciones de incertidumbre, que siempre existen al comprar o vender acciones, no somos tan racionales como creemos”. Pero que “a la larga, al inversor paciente le irá siempre mejor que al inversor impulsivo”. Y que “en el largo plazo, la Bolsa es la mejor opción de inversión posible”.
Más claro: “la inversión directa y sosegada en acciones es para la mayoría la mejor opción en el medio y largo plazo”. Pero para ello hay que tener en cuenta que “la Bolsa refleja la evolución económica mejor que cualquier otra referencia”. “Si bien en el corto plazo la Bolsa sigue un camino aleatorio, en el medio y largo plazo su evolución depende de forma determinante de la economía”, argumenta. Que a medio y largo plazo “tenderá siempre a su rentabilidad natural: el doble del crecimiento de la economía”.
Serrano defiende que a la Bolsa no le influye la inflación, “ya que las empresas no pierden valor a causa de ésta, al ser sus activos bienes productivos que se revalorizan con la misma”. Pero “históricamente, tipos de interés de la deuda pública elevados han sido perjudiciales para la Bolsa”. El motivo parece evidente: si el Estado tiene que pagar más por financiar sus deudas, las empresas también tendrán que hacerlo, reduciendo sus beneficios, y si las familias abonan mayores intereses por los créditos, pierden capacidad de consumo, lo que perjudica a las ventas y, por tanto, a los resultados de las empresas.
Maximizar la riqueza
El autor de “El inversor tranquilo” pone en duda la teoría moderna de carteras, sobre la búsqueda de la mayor rentabilidad con el menor riesgo. Cree que “los inversores buscamos que nuestra riqueza crezca en el futuro”.
También dedica la parte final de la obra a cuestiones prácticas, como la necesidad de controlar las comisiones y los impuestos. Precisamente, los costes dificultan la inversión en Bolsa basada en el análisis técnico o en el fundamental. Habla también del papel del azar en la Bolsa.
Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.