Cuantas decisiones he tomado últimamente que me han creado un cúmulo de emociones, y como no puedo vivir al margen de ellas, soy totalmente irracional. Ahora que estoy en un estado de espera, de expectativa, es cuando mi mente encuentra un mayor nivel de felicidad.

Mi espera a la llegada del día 20 (inauguración de mi exposición de mis cuadros), mi karma o lo mismo, mi reacción-acción está expuesta a la sorpresa .Mi subconsciente e intuición se abrieron durante meses y acabaron viviendo en un cuadro, en una persona, en un lugar. El poder profundizar en la expresión de una mirada y una mente de un desconocido. Porque las personas solo ven lo que quieren ver espero romper los detalles, el conjunto de las cosas. Se trata de ver lo que uno no está acostumbrado a ver, emociones mezcladas. La reacción colectiva es contagiosa, ¿cuál será la emoción compartida en la Galería E8? Esto explica la existencia de una cierta ansiedad en mí, un preámbulo, una alerta.

Cuando abro un recuerdo rara vez es como el hecho real. La memoria está en todo el cuerpo y mi mano y mi mente reaccionan, es lo que pinto. La sensibilidad me distorsiona, la belleza me activa la emoción. Mi meta, mi fin, es emocionar. Todo empieza con una emoción, las decisiones son emocionales, porque sin emoción no hay decisión, solo con la razón no decidiríamos nunca nada. Así mi cuadro acaba también, con una decisión tomada por una emoción.

Al pintar emocionada no soy consciente de lo que pienso, por esta razón tomar una decisión sobre un cuadro resulta tan difícil.

La felicidad en definitiva es una mala memoria y una buena imaginación. Mis cuadros por tanto son felicidad.

N. de la R. Myriam Fontaneda expone su obra pictórica más reciente en E8 Galería, C7 Villanueva, 8, de Madrid, entre el próximo 20 de enero y el 12 de febrero