Artur Mas es desde primera hora de la tarde del jueves el nuevo presidente de la Generalitat. Tras la votación, el presidente electo tomó la palabra para agradecer el tono del debate, agradecer la labor de los presidentes Pujol, Maragall y Montilla y asegurar que «yo no me he sentido en ningún momento soalvador de este país, si no sólo un servidor».
El próximo lunes tomará posesión y ha anunciado que el día 29 (para evitar el “día de los inocentes” ) prometerá el nuevo gobierno.
El portavoz socialista, Joaquim Nadal, justificó la abstención de su grupo que posibilitaba la investidura del candidato por “responsabilidad política”. Explicó el sentido de su actitud constatando “señor Mas, los seis diputados que le faltan le siguen faltando. Nosotros no votaremos su investidura, nos abstendremos, sólo hemos llegado a un acuerdo para facilitar su investidura” y le advirtió que el grupo socialista hará una oposición “contundente, radical y también constructiva cuando la situación lo requiera”.
En su primera intervención Artur Mas explicó a la Cámara el pacto logrado con los socialistas para facilitarle su investidura. Agradeció insistentemente el gesto de los socialistas de facilitarle la investidura. En su opinión este partido leyó correctamente el mandato del pueblo catalán en las pasadas elecciones que no es otro que es un “cambio y un nuevo gobierno”. Era consciente el aún candidato que estos votos son un acuerdo puntual para facilitar “la continuidad institucional” y que esta votación “”no garantiza la estabilidad parlamentaria del futuro gobierno” por lo que se tendrá que esforzar en buscar acuerdos puntuales. Prometió que el nuevo gobierno tendrá “una actitud de pacto, diálogo y consenso” no sólo con el PSC, si no con todos los grupos de la Cámara. Acabó augurando que el futuro gobierno que formará “no lo tendremos fácil”
Entre tanto la representante del PP, Alicia Sánchez Camacho, actuaba como una novia despechada por no haber sido ella la elegida para negociar la investidura del candidato y por ello cargó las tintas en su intervención, especialmente en los temas de identidad catalana. Interpretó que con este pacto “pretende transitar hacia la independencia” y en el tema de la lengua en la enseña target=»_blank» nza le reclamó –en castellano- “haga cumplir la sentencia” en referencia tanto la del Tribunal Constitucional como la reciente del Supremo sobre que exige que el castellano también sea, junto el catalán, lengua vehicular en la enseña target=»_blank» nza. Más fue contundente en la réplica: “En el modelo de país no nos pondremos de acuerdo” y le recordó que el discurso de los populares sobre este tema “ustedes están en franca minoría en la sociedad catalana, como lo demuestra el número de escaños que tienen”.
Si el PP se alejó de la centralidad política y cargó las tintas consciente que el papel que le reserva esta legislatura en el Parlament (al menos hasta las próximas elecciones generales) será más que testimonial y su efectividad estará más en los medios de comunicación que en las votaciones, ERC trató de subir al grupo “influyente” de la Cámara, llegando a lamentar que no fuera posible el acuerdo por falta de concreción en las propuestas que le permitieran abstenerse.
Con un tono muy cordial, Joan Puigcercós aseguró que la resolución del Tribunal Supremo sobre el uso del catalán sobre la enseña target=»_blank» nza “sólo es una secuela de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut. Calificó la candidatura recién estrenada como la de “la post sentencia, en la que quieren desmontar pieza a pieza lo que se ha ido construyendo ruante años, no nos darán tregua” y auguró que en las relaciones entre el Estado y Catalunya “ya no vale el modelo anterior, el modelo autonómico se ha acabado, hace falta crear un nuevo marco”.
Joan Herrera, por su parte, hizo una apuesta de futuro: tratar de ser la voz de la izquierda en la Cámara aunque la mayoría de sus planteamientos no prosperen en el Parlament, pero puedan tener eco en la calle. Sin embargo brindó su predisposición en llegar a acuerdos en los temas que les sea posible, especialmente en los de la lengua, cultura y enseña target=»_blank» nza.
El discurso de Laporta se limitó a defender la independencia, mientras Albert Rivera, de Ciutadans, calificó la sentencia del Supremo sobre la enseña target=»_blank» nza del catalán “de histórico, aunque para algunos sea histérica” y pidió que retirara la Ley del Cine “para ganar tiempo y no tener que esperar la sentencia del Constitucional” y consideró que el pacto entre CiU y el PSC como “un pacto para no cumplir las sentencias”. Mas le pidió que “lea bien la sentencia” y que no le hiciera decir lo que no ha dictaminado el Supremo.
Y le apostilló: “Usted y la señora Sánchez Camacho viene aquí y se expresan en catalan o castellano, pero cuando un diputado catalán va al Congreso sólo puede expresarse en castellano. Si se habla de libertad, la libertad ha de ser la de todos».
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