A medida que pasan las horas, tras ser elegio Juan Rosell presidente de la CEOE, se van conociendo más detalles de sus primeras decisiones. Tras informar a la junta directiva de su intención de dejar en 9 las vicepresidencias (ahora son 21), en los pasillos del Palacio de Congresos del Ifema confirmó a un grupo de periodistas que el vicepresidente primero de la CEOE será Arturo Fernández, presidente de la patronal madrileña y de la Camara de Comercio de Madrid.
Arturo Fernández ha sido uno de los grandes apoyos que ha tenido Rosell para ganar el sillón presidencial de la patronal. El mismo día que finalizaba el plazo de presentar candidaduras, el dirigente madrileño confirmaba que no se iba a presentar como candidato, pero además mostró abiertamente su apoyo a Rosell, asegurando que habían firmado un «pacto de gobernabilidad» de la organización, que perseguía la unidad de todos. Además Rosell ya venía avalado por la propia presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato. Ambos habían destacado las cualidades de Rosell para hacerse acreedor de la presidencia de la CEOE, mucho más expresivos que el frío apoyo dado por los representantes de la Generalitat catalana, que habían explicado que les «parecía bien».
Precisamente, para buscar esa unidad no se descarta que tanto Santiago Herrero como Jesús Banegas, los otros dos rivales, formen parte de ese grupo selecto de vicepresidentes, que serán los que tomen las decisiones y que responsan ante el comité ejecutiva de todo lo que se haga en la organización.
Y por los guiños dados en su primer discurso como presidente es de suponer que también espera contar con la participación de Jesús Terciado, el presidente de Cepyme, quien también le mostró su apoyo durante la etapa preelectoral. Terciado, no obstante, tiene ahora la tarea de volver a recuperar la unidad de su organización, ya que no todos los delegados pertenecientes a Cepyme han apoyado a Rosell, como por ejemplo los pertenecientes a esta organización en Andalucía.
Su presencia vendría justificada en las propias palabras de Rosell, cuando aseguró que la CEOE defenderá los intereses generales de los empresarios, pero también será la voz de las pymes y de los autónomos, a los que aseguró que tendrán más presencia y participación en la organización. Y tras explicar la necesidad de que la CEOE sea una organización independiente de la política y apelar a la capacidad que tiene de reorganizarse dedicó sus alabanzas a la labor realizada por Arturo Fernández y Jesús Terciado, a quienes mencionó expresamente.
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