Alemania, Francia y Reino Unido llevan tiempo pensando cómo lo hacían. Primero tuvieron que desechar la idea de congelar los Presupuestos de 2011, ante la presión del resto de los países comunitarios, pero esta vez, pese a quien pese, Angela Merkel, Nicolas Sarkozy y David Camaron han dejado el acuerdo cerrado para que las cuentas públicas comunitarias se congelen a partir de 2014 y hasta 2020.
Los tres han confirmado ya que harán público dicho acuerdo, firmado por los tres, este sábado. No obstante, como ha asegurado el propio Cameron hay otros líderes políticos que también han plasmado su firma. El objetivo es «una contención presupuestaria real», según ha matizado Cameron y esto será posible porque en la firma están presentes «los tres mayores países de la UE.
El primer ministro británico, obligado a efectuar importantes recortes en su país, considera que este acuerdo supone un «gran avance» y se mostró convencido que otros muchos países lo van a apoyar, mientras el primer ministro francés concretó que la idea es que los presupuestos no crezcan por encima del nivel que lo hace la inflación. Sarkozy calificó el acuerdo de «orientación» y «sentido común», dado que los presupuestos nacionales se mantienen «a cero o se recortan».
Por su parte, Merkel asumió las mismas explicaciones de su colega británico y alemán, con un escuesto «es también la posición alemana».
Cameron se puede considerar el precursor de esta idea a la que se han sumado Alemania y Francia, ya que en todos los foros comunitarios se ha mostrado partidario de frenar la expansión del presupuesto comunitario, siguiendo las mismas pautas y líneas de austeridad que los países comunitarios en sus políticas nacionales.
Pese a sus esfuerzos, Cameron no logró que el presupuesto de la UE se congelara en 2011 y aceptó a regañadientes una subida del 2,9%, aunque se puede considerar un logro porque la mayoría de los países reclamaba un 6%. De esta forma, llegó a la conclusión que antes de volver a debatir sobre la austeridad presupuestaria era mejor pactar con algunos países la congelación, y de esta forma ha sumado a Merkel y Sarkozy en su empeño.
Ni que decir tiene que este acuerdo contará con el rechazo de los países beneficiarios de la parte más jugosa de los presupuestos, los últimos en incorporarse, al ser los destinarios de los fondos estructurales y de cohesión. De esta forma, países como Polonia, pero también el propio Parlamento Europeo harán frente común contra el acuerdo, puesto que de facto los recursos del presupuesto comunitario se han reducido a medida que se iban incorporando nuevos países.
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