Finalizado este martes el plazo de presentación de candidaturas para presidir la CEOE, después de que Gerardo Díaz Ferrán presentara su dimisión, Juan Rosell (así figura su nombre en el DNI, le gusta presumir), el presidente de la patronal catalana Fomento de Trabajo, se perfila como el único candidato a dirigir la patronal para los próximos cuatro años. Pocas antes de finalizar el plazo (a las 21,45 horas, según datos de la propia organización), el dirigente de la patronal catalana ya contaba con 241 avales de 62 organización, una lista que a lo largo de este mismo martes se ha ido ampliando (Anfac –automoción-y la patronal valenciana; la castellano-leonesa, que casualmente dirige el nuevo presidente de Cepyme, Jesús Terciado, entre otras). Por este motivo, Rosell ha dejado abierta la posibilidad de presentar una candidatura única bajo su presidencia, al contar con más apoyos que los otros dos candidatos, el presidente de la patronal andaluza (CEA), Santiago Herrero con 44 votos de 11 organizaciones, y el de patronal del sector de las telecomunicaciones (Amiet), Jesús Banegas, con 33 avales de 6 organizaciones.
Además, en este último día de plazo se han despejado algunas dudas sobre otros posibles candidatos, como el presidente de la patronal madrileña (CEIM), Arturo Fernández, quien finalmente confirmó que no presentará candidatura, tras alcanzar un acuerdo con Rosell para la “gobernabilidad” de la organización. Fernández ha asegurado que una semana de las elecciones, que se celebrarán el próximo día 21, darán a conocer este acuerdo que, según adelantó, buscará la máxima unidad empresarial a través de la defensa de los principios que unen a todos los empresarios españoles. Dicho acuerdo, además, contribuirá a que se pueda “trabajar” a partir del mismo día de las elecciones “para recuperar el protagonismo de interlocutor social que le corresponde a la CEOE”, ha explicado el presidente dela patronal madrileña.
Por lo que respecta a los otros dos candidatos, Herrero y Banegas, habían negociado unir fuerzas a través de una lista de “integración”, en la que Herrero figuraría como presidente y Banegas como vicepresidente. Tras varios encuentros, ambos se habían repartido sus competencias. No obstante, el orden de la lista se determinaría según los apoyos que presente cada uno, por lo que Herrero contaría hasta el momento (44 avales de las organizaciones andaluzas más Ceuta y Melilla) con más votos que Banegas (33 avales), quien estaría respaldado por gran parte de las organizaciones sectoriales. A la vista de los datos ofrecidos por la CEOE a última hora, tanto Herrero como Banegas tendrán que decidir si mantienen su candidatura o si, finalmente, responden a la llamada de integración ofrecida por Rosell.
El convencimiento de Rosell de que ganará las elecciones es tal (los datos así lo confirmaron posteriormente) que hasta está avanzando no sólo los cambios internos que introducirá en la organización, como la reducción drástica de las 21 vicepresidencias creadas por Díaz Ferrán, sino que además formula algunos de los objetivos empresariales para los próximos años, como que el IRPF «vaya parejo» al impuesto de sociedades, dado que considera que «por ser persona física o jurídica no se puede tener diferente tipo de impuesto».
También reconoció que no le satisface la reforma laboral mientras que sobre la futura reforma de pensiones ha dicho que es el momento de pensar menos «en los derechos» y actuar con responsabilidad, porque es la única manera de garantizar esta prestación pública a futuro. Y también, como viene haciendo la CEOE desde la presidencia de José María Cuevas, Rosell ha apostado por la unidad de mercado, ante la disparidad cada vez mayor de normativas comunitarias que afectan a los empresarios y que se contradicen de una región a otra.
Precisamente sobre la reducción de vicepresidencias (Díaz Ferrán las elevó de 11 a 21), tanto Rosell como Herrero coinciden en la necesidad de aplicar una reducción “drástica” de las mismas. El dirigente catalán ha concretado su idea de crear un equipo de vicepresidentes, con los que mantendrá comunicación permanente en la toma de decisiones , dividiendo funciones y cada uno tenga una responsabilidad “clara y concreta” y que se evalúe lo que hacen.
También mejorará los mecanismos de información para que todas las decisiones lleguen a las 250 organizaciones de la CEOE, y dará más transparencia a través de auditorías que incluso expliquen los sueldos de la cúpula empresarial. Y otro de sus objetivos será “mejor la imagen” que tiene la sociedad de los empresarios.
El próximo 21 de diciembre los 818 miembros de la asamblea general de la CEOE elegirán al nuevo presidente de la patronal española, que pasará a formar parte de la historia de la organización después de Carlos Ferrer Salat, José María Cuevas y Gerardo Díaz Ferrán.
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